MyHouse.WAD: la experiencia del terror en el mod para un juego de hace 30 años

Hace poco he terminado de ver un vídeo en Youtube titulado “MyHouse.WAD – Inside Doom’s Most Terrifying Mod” (MyHouse.WAD – Dentro del mod de Doom más aterrador). Puede parecer algo anacrónico, aburrido o incluso ridículo.

En realidad he de decir que es uno de los documentales más interesantes y que más han captado mi atención de lo que llevamos de año. Una experiencia irrepetible, y aquí explico por qué.

Como el título indica, trata sobre el WAD “My house” para el Doom original. Antes de comentarlo, e igual que hacen en el documental, recomendaría a cualquiera que lea esto que lo juegue por sí mismo, para tener la experiencia en primera persona (nunca mejor dicho) sin ninguna idea preconcebida. Id al hilo original donde colgaron el WAD o si no sois muy duchos en cargar estos archivos leeros alguna guía antes. Jugadlo y me contáis.

Si sois como yo y no podéis jugarlo bien por falta de tiempo, por estar de viaje o por cualquier otro motivo, aún así os recomiendo que veáis el documental completo antes de leer las reflexiones que vienen a continuación, a fin de no destriparos de qué va todo esto. El documental está muy bien narrado, editado y planteado y a mí me mantuvo enganchado de principio a fin. Cuando acabéis, volvéis a esta entrada y la termináis de leer.

Pero si no queréis ni ver el documental porque os pica la curiosidad demasiado, el inglés no es lo vuestro o lo que sea, al menos os recomiendo que mientras leáis esta entrada lo hagáis escuchando la banda sonora del WAD.

Ahora sí, spoilers ahead o lo que es lo mismo, un poco de destripe de lo que es el WAD y por qué me ha resultado tan interesante.

Antes de todo, por si acaso alguien está leyéndome sin jugarlo o ver el documental y no sabe ni siquiera qué es un WAD, un poco de contexto. Doom fue uno de los juegos más importantes de los años 90. Si bien no fue el primer FPS (first person shooter o juego de disparos en primera persona), ya que Id Software ya había publicado Wolfenstein, el juego de ir matando nazis por un castillo, sí que se puede decir que fue el FPS con mayúsculas de la época que revolucionó el mundo de los videojuegos con una mezcla de acción, ambientación entre ciencia ficción y terror y diseño absolutamente pionero para su época.

Tanto éxito tuvieron Doom y su secuela, Doom 2, que como resulta lógico surgió una comunidad de aficionados a su alrededor que, además, con los primeros inicios del Internet masivo, podía compartir archivos, recursos, información o incluso partidas juntos. Una de las formas de crea material para Doom era la de diseñar archivos WAD, con sprites o niveles. Así el juego se mantenía activo y renovado con una dedicada comunidad de jugadores que creaban nuevos mapas, enemigos o armas para que jugaras aunque hubieras terminado los juegos oficiales.

Pues bien, esa comunidad aún sigue activa 30 años después. Imagino que no debe estarlo tanto como cuando el juego era una novedad, aunque también me parece que con el acceso masivo a Internet puede que el número de participantes de hoy en día no sea tan diferente a cómo era antaño, cuando Internet no era tan ubicuo.

El documental trata sobre un WAD de Doom que se lanzó en marzo de este año. En el hilo original en el foro Doomworld, un usuario que había pasado muchos años inactivo publica uno de estos WADs dando un poco de contexto sobre el mismo: al parecer hacía poco un amigo de la infancia, Tom, había fallecido y su familia le había dado una serie de objetos entre los que estaban unos diskettes de 3.5 pulgadas con un mapa de su casa en el que el amigo fallecido había trabajado hacía décadas. En esa época, con los inicios de poder crear material para Doom, uno de los ejercicios más comunes era el de recrear tu propia casa en un mapa para el juego. El usuario del foro dice que se había puesto a pulir ese mapa y lo publicaba como un “homenaje” a su amigo fallecido.

Hasta aquí todo bien. Pero como señala en el autor del documental, las cosas no son tan sencillas, ni siquiera a primera vista. Primero porque hay dos archivos, el WAD en sí y aparte, un archivo PK3, que es una especie de archivo comprimido que usan los modders de Doom para acompañar los WADs de más archivos. Resulta que ese PK3 contiene distintos archivos de texto, fotos y más cosas, aparte del WAD al que puedes jugar.

A poco que avanza el documental se puede empezar a comprobar que el WAD es una experiencia inmersiva de terror que se acompaña de lo que se suele llamar un ARG, un Alternative Reality Game o Juego de Realidad Alternativa. Para simplificar, esto es como una suerte de ficción que se presenta como si fuera real: la historia del usuario del foro sobre su amigo es una especie de “marco” narrativo que, al presentarse como verídico, hace mucho más impactante y sobrecogedora la experiencia de jugar el WAD.

¿Por qué es esto? Pues porque el WAD representa la casa del amigo, pero a medida que avanza el documental, se ve que encierra muchos secretos y detalles que parecen ir contando una misteriosa historia donde cada incógnita resuelta revela dos nuevas, donde los puzzles tienen pinta de apuntar a realidades ocultas y siniestras y donde, además, el creador del WAD demuestra unas habilidades excepcionales para modificar el juego original de Doom (o GZDoom, la versión un poco más flexible que se utiliza para el modding) y conseguir cosas que en principio parecerían imposibles.

Si habéis visto el documental, veréis cómo el WAD se entrelaza con los archivos del PK3 que incluyen un diario donde el usuario del foro/autor del WAD cuenta extraños sueños que le atormentan durante todo el periodo de tiempo en el que trabaja en éste.

El uso de los recursos oníricos ha sido una constante en la narración como fuente de inspiración, pero también como recurso para referirse a realidades más allá de la conciencia directa humana: proferías o augurios, expresiones del subconsciente o formas de percibir otros planos de existencia. Recordemos a HP Lovecraft hablando de las Tierras del Sueño en sus relatos y del especial peso que le daba a sus propios sueños como inspiración para las historias, a toda la escuela surrealista de arte o a la psicoanalítica que buscaba hallar significados ocultos en lo que experimentábamos al reposar.

En el WAD los sueños tienen una relevancia especial porque su papel se ve amplificado por el fuerte uso de la estética de liminalidad en el mapa para Doom. Los “espacios liminales” son el nombre que se le da en Internet a las imágenes de lugares vacíos que parecen sacados de algún tipo de sueño o recuerdo, donde persiste una sensación de falta de ubicación en el aquí y ahora, un sentimiento de surrealismo que nos transporta a otro momento y a otro lugar que no pueden ser precisados. Una dislocación del yo en el que nos sentimos nosotros, pero fuera de nuestra existencia real. MyHouse.WAD juega con corredores oscuros y aparentemente eternos, vistazos a figuras en la lejanía que se desvanecen en un segundo, silencios alternados con música extrañamente nostálgica e imperfecta, pero también con ángulos y geometría no euclidiana (algo donde, de nuevo Lovecraft, es un referente: recordemos su uso de ese tipo de geometría para transmitir la sensación de ajenidad de seres no humanos o en Los sueños en la casa de la bruja para apuntar a la existencia de planos de realidad ocultos más allá del sensorial).

El tema de la música me parece algo en que merece la pena detenerse porque habréis escuchado el tema de la compositora Esselfortium “memory=entryrrr////” que he enlazado anteriormente, y creo que contribuye al tema del WAD de una forma sutil pero importante. El tema en sí contiene acordes y samples en los que se hace uso de efectos como el bitredux, wobble y flutter para ayudar a dar esa textura de audio imperfecto, recuperado de una época pasada, los años 90. Aunque no se trate de las mismas notas, creo que ese uso de efectos, ese ambiente musical hace que no puedas evitar sentir una reminiscencia a esa magdalena de Proust sonora que era el sonido de Windows 95 que se reproducía cuando iniciabas el sistema operativo. No en vano, hay todo un género nicho de música llamado «Vapourwave» que se inspira un poco en toda esa estética, e incluso un artista que se llama a sí mismo Windows 96: una referencia a un pasado que nunca fue, usando samples ralentizados de música de otra época.

¿Por qué esto encaja con el tema del WAD? Pues porque creo que MyHouse.WAD es sobre todo una experiencia inmersiva para gente de ciertas generaciones. Aquellas generaciones que han vivido su infancia en los 80 y adolescencia en los 90, con toda la laxitud que esto entraña. No es que sea un requisito imprescindible, pero me parece que la gente de esas generaciones tendrá más fácil ser receptiva a muchos slementos de MyHouse.WAD. El pertenecer a alguna de ellas te permite conectar con los recuerdos de jugar a Doom en tus años de adolescente, una etapa de la vida ahora pasada, vista desde la atalaya de hallarte en una situación vital diferente. Y esta situación vital juega un papel importante al permitir que los elementos narrativos de terror de MyHouse.WAD tengan un impacto mayor en cierto modo sobrecogedor. El WAD no hace un uso excesivo de recursos de terror “fáciles” tipo jumpscares (“sustos” que te hacen saltar de la silla) o elementos sobrenaturales exagerados. Obviamente es Doom y los enemigos son demonios y monstruos, pero para cualquier jugador de Doom estos, tras muchos años, se han “normalizado” y convertido en meros antagonistas a los que ametrallar, no en algo que inspire el pavor de lo paranormal.

El terror de MyHouse.WAD se construye mediante el uso de esa estética y viaje a la liminalidad que mencionaba antes, pero también con la utilización de lo que se llama el “terror adulto”: las cosas que dan miedo a una persona adulta, no por ser sobrenaturales o propias de los cuentos de terror típicos, sino, al contrario, por ser algo que existe en la vida real y que es factible que pueda ocurrir. MyHouse.WAD habla de la muerte de un amigo de la infancia y su pérdida dejando atrás un recuerdo de los años felices en los que todo lo que bastaba para dar una tarde memorable era jugar juntos en un ordenador 486. De como esos años pasaron y ya no volverán. De la pérdida de lugares entrañables y vinculados a recuerdos, por un fuego, por una mudanza, por tragedias o por azares de la vida. Habla de la lejanía con respecto al hogar y los seres queridos, con el aeropuerto vacío teniendo como uno de sus destinos “Home” o el hogar. De problemas de salud mental y de abuso de sustancias, con sus referencias a botes de pastillas, o de la pérdida de seres queridos, con la escena en el hospital con el encefalograma plano de una figura que tiene a su vera uno de esos botes vacíos o las referencias a una infancia arrebatada, sea por un aborto o fallecimiento o por abusos que han sufrido niños. Del amor que encuentra obstáculos o impedimentos para expresarse, como en las pistas hacia un romance homosexual entre el autor del WAD y el amigo fallecido, Tom.

Todos esos elementos son “terror adulto” porque, para las generaciones a las que está dirigido MyHouse.WAD, son realidades que se sabe que existen ahí afuera o, en el peor de los casos, que incluso se han experimentado. Todo ello junto a la estética de liminalidad hace que el WAD me parezca, sinceramente, una obra de arte en la que el autor ha dedicado no sólo tiempo y esfuerzo, sino también talento para contar una historia y hacer sentir una experiencia a quien lo juegue o a quienes lo hemos experimentado de segunda mano viendo a otra persona hacerlo. Se suma además la particularidad de que en el hilo original de Doomworld uno puede leer cómo el autor ni siquiera insiste mucho en el tema, y uno puede seguir gracias a los distintos mensajes de los otros foreros en orden cronológico del descubrimiento gradual de los usuarios de que este WAD no es un mero mapa más, sino una experiencia inmersiva de terror completa.

El hecho de que, además, ese autor ni siquiera haya revelado su nombre y sea una figura críptica que se oculta tras el usuario de un foro de Doom que había permanecido inactivo durante años me parece un gesto increíblemente relevante, sobre todo hoy en día donde en el capitalismo se transmite la presión por hacer rentable toda afición o expresión artística. El autor de MyHouse.WAD ha creado esta narración y esta experiencia por pura necesidad de expresarse y de hacer sentir de alguna forma a otras personas. Me parece algo admirable y muy positivo.

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