El torneo de los barones de Rostlandia – Parte II

El segundo día del torneo (10 de diciembre de 1123 CT) comenzó con una competición de justas en la que participaron Sir Jaden y Sir Akrom, el segundo con más suerte que el primero: desmontó a dos caballeros rostlandeses, Sir Eurion Vaugh y Sir Derfel Berin, para ser finalmente derrotado por un caballero issiano, Sir Gregor Lodovka. Gregor había acudido al torneo con su hermano Sir Mark Lodovka, y ambos eran miembros de una familia de la alta aristocracia de Brevoy, ya que su casa era una de las siete que gobernaban el reino, todas ellas concentradas en la parte del norte, Issia. Por lo tanto, se trataba de los dos hombres de mayor rango nobiliario de todo el torneo. Sir Mark era un hombre delgado con bigotillo moreno y Sir Gregor un hombretón de dos metros con una lacia melena rubia y expresión de pocas luces, pero temible en el combate.

Para no haber competido nunca en una justa de caballeros, Sir Akrom dejó una impresión muy positiva en el público, que coreó su nombre, derrotando a un gentil enemigo, Sir Meredudd, un caballero rostlandés. Sir Gregor Lodovka, otro enemigo se comportó de forma un tanto descortés con él. Aunque trataba con deferencia al señor de Sir Akrom, Lord Deaks Evans, ya que se trataba del anfitrión del torneo, se mostró bastante grosero tras desmontar a Sir Akrom. Éste no se olvidó de su cara.

Después de la comida se celebró la gran melee, el combate por equipos con armas acolchadas el cual participaron la mayoría de caballeros. Los cuatro aventureros hicieron una buena faena, tumbando a varios caballeros.

Por la noche, durante el festín para celebrar la conclusión del torneo, tuvieron lugar varios sucesos. En la enorme tienda donde se celebraba la cena y la posterior fiesta, hizo su entrada un anciano fraile, casi tan viejo como Lord Aeron, el más anciano de los barones que habían conocido hacía dos días. Iba acompañado de varios otros frailes, y entró clamando que el pecado y el abandono a Treum habían llenado esa tienda.

Los aventureros trabaron amistad con Sir Amlod Trahern, primo de Lord Kelemer, un noble menor, de unos 50 y algo años, medio calvo, vividor y dicharachero. Éste les explicó que se trataba de Fray Eurion de Bellis era el líder de una orden monacal, los Mendicantes, que hacía énfasis en la pobreza de aquellos que siguiesen a Treum, motivo por el cual la Iglesia de Treum le veía con cierta inquietud y las grandes casas con desconfianza. Sus palabras se extendían entre el vulgo como el fuego en la leña seca, al criticar los excesos y los lujos en los que vivían unos pocos comparados con el día a día de los campesinos. Este mensaje revolucionario hacía que muchos le viesen como un santo viviente, pero otros (en particular aquellos en el poder), como un peligro o incluso un hereje. Sin embargo, al tratarse de alguien que movilizaba masas, los barones de Rostlandia habían pensado que era un buen aliado y lo habían tratado de atraer a su bando. Sir Jaden le regaló a Sir Amlod una hebilla con dos súcubos realizando actos obscenos, detalle que le encantó.

Lord Kelemer les presentó a los aventureros a Sir Kesten Trahern, su sobrino, y su prometida, Lady Betsan, así como al amigo de su sobrino, Sir Lorenzus, un hombre estudioso de pelo grasiento. Al parecer formaban parte de un grupo que también había sido enviado a explorar las Tierras Robadas y de hecho recordaban haberlo conocido en el Puesto Comercial de Oleg. Ahora, según les comentó, comenzarían a investigar tierras más al este de donde estaban.

Fray Eurion de Bellis posteriormente se acercó a hablar con Sir Akrom y Sir Jaden. Había oído hablar de ellos y les pidió que, si querían mostrar su devoción a Treum o al menos hacer el bien, buscasen y purgasen del mal que aquejaba a un antiguo monsterio de su orden que se hallaba en el Cinturón Verde, la zona que ellos estaban explorando y domando. Los dos se comprometieron a ello, y Fray Eurion les agradeció efusivamente sus palabras, anunciando que en caso de producirse, monjes de su orden podrían desplazarse allí y trabajar las tierras del monasterio.

El comportamiento piadoso no era, sin embargo, algo que estuviese en la mente de estos dos recién nombrados caballeros, ya que a pesar de haberse comprometido a esa buena obra, una vez volvieron a festejar y beber, se les ocurrió la idea de contratar a unas rameras que compartieran sus encantos con Oblivio y Traspié. Así pagaron unas monedas a una muchaha Fioled, y su amiga. Fioled buscó a Oblivio cuando éste salió de la tienda y pasaron un largo rato juntos, pero Traspié se escapó. Así que Sir Akrom la cogió y se apartó con ella. Entonces fue cuando oyó a Sir Mark y Sir Gregor Lodovka salir de una tienda pequeña que pertenecía a los barones, mientras desde dentro se oía:

-¡Os arrepentiréis! ¡Y más si alguien oye de esto!

Sir Akrom se acercó para escuchar, pero no le hizo falta ya que el propio Sir Amlod acudió a buscarlos a todos y les llevó a la tienda. Allí, Lord Deaks, Lord Fodor y Lord Balogh les comentaron que la sobrina de Lord Kelemer había sido forzada por Sir Mark y Sir Gregor, y les pedían que los buscasen. De forma más o menos disimulada, les pedían que los hiciesen desaparecer antes de que volviesen a su condado al norte, en Issia. Pero los aventureros se dieron cuenta de un detalle extraño: les dijeron que la sobrina de Lord Kelemer era Lady Betsan, cuando recordaban que se la había presentado esa misma noche como la prometida de su sobrino Sir Kesten. Los barones les ofrecieron más materias primas y campesinos libres para trabajar en su dominio si les hacían ese favor. Necesitados de mano de obra y materias primas para poner en marcha su territorio, los aventureros aceptaron.

Extrañados ante la incoherencia, Oblivio y Sir Akrom comenzaron a seguir a Sir Mark y Sir Gregor para no perderles la pista, mientras Sir Jaden buscaba a Lord Kelemer para preguntarle. Al hablar con él le confirmó que no sabía nada del tema: ambos nobles habían sido los enlaces con la Casa Lodovka para intentar forjar una alianza con ellos. Lord Kelemer sabía que habían pedido demasiado a cambio, y suponía que los otros tres barones habían roto negociaciones y ahora intentaban librarse de ellos. Le pidió a Sir Jaden investigar si las acusaciones eran ciertas y en caso de serlo, acabar con ellos, pero no matarlos por una cuestión de intriga. Sir Jaden buscó entonces a Lady Betsan. Sus formas fueron sin embargo demasiado bruscas: pidió hablar con ella en privado delante de Sir Kesten, quien se negó, al considerar que todo lo que se le dijese a su prometida él tenía que oírlo. Entonces Sir Jaden le dijo delante de ella, Sir Lorenzus y todo el mundo sentado en la misma mesa, que corría el rumor de que había sido forzada.

Sir Kesten estalló de ira y comenzó a exigirle que lo aclarara, llamándole «perro» de forma despectiva, al sentirse humillado en público. Sir Jaden se molestó al escuchar los epítetos y desenvainó la espada. A punto estuvo de llegar la sangre al río antes de que intervinieran los guardias y se lo llevaran preso.

Traspié, que había intentado ir a avisarle de que tenía que ir con ellos, decidió partir sin él. Llegó junto a Sir Akrom y Oblivio unas horas después a un pueblo al norte del castillo de Lord Deaks donde tenía lugar el torneo: allí habían parado Sir Mark y Sir Gregor, seguidos por Akrom y Oblivio, y se habían alojado en una posada. Los tres esperaron y Traspié se disfrazó y ganó la confianza de la posadera para, al 12 del mediodía cuando los nobles despertaron, servirles un desayuno envenenado. A todo esto, en el castillo de Lord Deaks Evans tenía lugar la recogida y limpieza del torneo, y Sir Jaden se hallaba en una picota para escarnio público por haber intentado atacar a un noble.

Sir Gregor y Sir Mark ensillaron los caballos tras desayunar y salieron del pueblo pero al poco tiempo les hizo efecto la sustancia y fueron apresados por los tres aventureros que les interrogaron sobre los hechos. Negaron todo intento de forzar a Lady Betsan, a quien llamaron «una zorra que se les había insinuado». Entendiendo que se les estaba usando como peones en intrigas entre nobles, los tres aventureros decidieron cubrirse las espaldas: les obligaron a Sir Mark y a Sir Gregor Lodovka a escribir un par de cartas y poner su sello. En las cartas se comentaba que habían sido mandar apresados por los barones de rostlandia. Después, Sir Akrom descargó un hachazo sobre la cabeza de Sir Gregor y Traspié clavó su cuchillo en la axila de Sir Mark, matándolos a ambos. Oblivio, que había ido a coger leña, volvió para ver, horrorizado, a los dos cadáveres en el suelo.

Envueltos en la red de intrigas, los aventureros se prepararon para volver al castillo de Lord Deaks Evans, reclamar su mano de obra y materias para su dominio y reencontrarse con Sir Jaden, con la sensación de que se hallaban en un delicado equilibrio entre distintos poderes enfrentados entre sí.

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